04.11.2024
02.02.2015
La Nación | Conversaciones: César Pelli.
César Pelli: "Qué pérdida de energía jactarse de lo que uno hace. Lo mío fue compromiso, tesón y llevarme bien con la gente". Por Loreley Gaffoglio.
Jamás deja de reír. Tiene una carcajada sonora, espontánea y contagiosa que intercala en su discurso de cadencia y afabilidad provinciana. A lo lejos, en los jardines del Palacio Duhau, su metro noventa, su estampa ágil y atildada, y su fama, como uno de los más excelsos arquitectos del mundo, no pasa inadvertido. Pero el carisma de César Pelli acorta cualquier distancia; anula toda asimetría con su interlocutor. El lugar común podría hablar de la humildad de los auténticamente grandes; la observación o la escucha de alguien consustanciado con hacer bien su trabajo.
Pelli viene de deslumbrar a un auditorio de futuros arquitectos, ávidos por escuchar la sabiduría del maestro, la del tucumano empujado por sus ansias de superación y su curiosidad ante el mundo. En ese hiato -64 años en los Estados Unidos- inscribió su nombre en la historia de la arquitectura. Ahora, a los 88 años, luego de monitorear su última obra en Puerto Madero -la torre para el banco Macro- recibió del gobierno porteño la distinción de personalidad destacada de la Cultura.