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Catalinas Norte

1958

Oficinas

AUTORES

  • Varios

UBICACIÓN

Espacio comprendido entre: Av. Leandro N. Alem, San Martín, Av. Eduardo Madero, y Av. Córdoba.

Retiro

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MEMORIA

Antecedentes
La zona que actualmente ocupa Catalinas Norte nace alrededor de 1882 como terreno ganado por relleno al Río de la Plata, y tendrá diferentes afectaciones de uso a través del tiempo. A fines del siglo XIX, junto con el desarrollo de la exportación-importación, el comienzo de la construcción de Puerto Madero, el avance del ferrocarril (F.C. al Pacífico en 1886 y F.C. Central Argentino en 1898), y la construcción de muelles, playas y depósitos portuarios, se van instalando las firmas Catalinas Ware House and Company y Otto Bemberg. El comienzo de las obras de la Estación Retiro en 1902, la idea de una Estación Única para cuatro compañías ferroviarias y la sanción de la ley de creación del Puerto Nuevo en 1908, junto con la consolidación urbana a su alrededor, van redefiniendo el uso de este sector que comienza a relacionarse más con la ciudad y las terminales de transporte cercanas, que con el puerto que ahora se ha extendido; lugares de esparcimiento masivo conviven con terrenos sin uso reservados para entes estatales, la zona está deteriorada y desaprovechada.  

Hacia 1956 el Plan Regulador de Buenos Aires de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo a cargo del arquitecto Francisco García Vázquez, propone la recuperación y transformación del área; el proyecto, a cargo de los arquitectos Eduardo Sarrailh y Alfredo Yantorno, con los arquitectos José Vitali y José Brizzi en temas específicos, propone una reestructuración, organización y vinculación de todo el sistema de transporte, integrando a Retiro, las vías de circulación que lo rodean y el paso de la autopista Tigre-La Plata, proyectando un sector frente a Dársena Norte con un hotel de breve estadía y todo lo relacionado al acceso por vía fluvial, otro sector central del proyecto con dos torres destinadas a hotel, oficinas y servicios conexos, y un último sector complementario, con espacios de esparcimiento cubierto, salas de convenciones, exposiciones, comercios, etc; todos estos sectores vinculados entre sí por explanadas, paseos, áreas forestadas, y vinculados al río. En 1957 se le introduce al proyecto la idea de incorporar una “señal” identificatoria de Buenos Aires desde la distancia, surgiendo entonces un gran rascacielos de 60 o 70 pisos unido a un basamento inferior.  Este proyecto debía actuar en conjunto, lo que requería la vinculación de obras relacionadas con distintas jurisdicciones nacionales y municipales que, a pesar de las innumerables gestiones que se hicieron, no pudieron concretarse.

En 1958 se crea la Organización del Plan Regulador de Buenos Aires (OPRBA) que seguirá los estudios encarados hasta el momento, finalizando en una primera etapa en 1960, con la aprobación por ordenanza del Primer Plan Regulador de Buenos Aires, encarando al mismo tiempo el proyecto de urbanización de Catalinas Norte, que recibirá gran apoyo e impulso del Intendente Hernán Giralt. 

Proyecto de urbanización de Catalinas Norte
Se considera que los terrenos de Catalinas, 21.489,76m2, deberán constituir un conjunto en sí, pero conectados e integrados con otras funciones urbanas, con el rol de “puerta de entrada y salida” de la ciudad.  

Se crea un tejido con subdivisiones en sentido SE-NO para congeniar las diferentes direcciones de las tramas urbanas circundantes y para mejor aprovechamiento de visuales y asoleamiento. El conjunto está unificado por una plataforma elevada a 10m. del suelo que se relaciona con la ciudad por medio de dos pasarelas peatonales elevadas ubicadas en conexión con las calles Marcelo T. de Alvear y Tres Sargentos. Sobre esta plataforma se genera un amplio sector de uso peatonal, jardines, y zonas comerciales; debajo de ella hay tres niveles de estacionamientos para los edificios del conjunto, previéndose tres grandes recintos de varios niveles de altura para los estacionamientos externos al mismo.  Las diferencias de niveles entre la plataforma y las avenidas Leandro N. Alem y Madero, se solucionan con alineamientos comerciales en gradientes y terrazas escalonadas, con escaleras de acceso al nivel superior.  Frente a Plaza Retiro se ubica un gran ámbito para reuniones masivas, congresos, convenciones, ferias, exposiciones, vinculado a un área libre para usos relacionados. El sector destinado a hotelería se compone de un hotel de turismo vinculado con la pasarela de Tres Sargentos y otro de pasajeros cercano al centro de esparcimiento y en relación con las estaciones.  El uso predominante está constituido por oficinas ubicadas en torres asentadas sobre el basamento. El proyecto contempla también la vinculación con los transportes, la red vehicular, la autopista,  los accesos, el nudo Retiro, y la relación con la futura estación marítima.

La volumetría del área responde a criterios de organización del espacio, visuales, conos de sombra, relación con la masa urbana. Tres edificios de mayor altura, 31 pisos, se sitúan, dos en los bordes del área y uno frente a Retiro, relacionándose con el Kavanagh y el Atlas; en un segundo nivel, torres de 21 pisos, dialogan con otras torres cercanas, siendo de 12 pisos el resto de los edificios de oficina, lo habitual permitido por el Código de Edificación para construcciones sobre línea municipal. 

A fin de poder realizar un proyecto urbano de esta magnitud, fue necesario hacer análisis legales, administrativos, económicos, financieros, a fin de definir el campo de acción de la comuna. El Consejo Directivo de la OPBRA formado por los arquitectos Sarrailh, Testa, Suárez, Goldemberg, García Vázquez, y los doctores Pérez Crespo, Mouchet, Portnoy y Zanatta, aconsejó a la municipalidad que cumpliera el rol de promotora de un gran negocio de interés público, coordinando acciones privadas o públicas, encargándose, por sí o por concesiones, de aquellos puntos que darían unidad al conjunto.

El 3 de febrero de 1960 el Congreso Nacional autorizó por ley a la Municipalidad la compra de los terrenos de Catalinas Norte para realizar el proyecto elaborado por la OPRBA, que había demostrado su factibilidad y capacidad de autofinanciación, con control técnico municipal. La Municipalidad toma el rol de ente que urbaniza, proyecta, norma, promueve, y en parte realiza. En 1961 se crea por decreto la Comisión de Catalinas Norte, presidida por el secretario de Obras Públicas y Urbanismo, arquitecto Gómez Pineda, en representación del Intendente Municipal, integrada por los Directores Generales de Asuntos Legales, de Inmuebles y Concesiones, la Contaduría General de Arquitectura y Urbanismo y la OPRBA. Las mencionadas Direcciones solucionan problemas de su competencia directa, y la OPRBA coordina técnicamente el proyecto.  

No obstante las gestiones, esfuerzo y trabajo que se va realizando, entre 1961 y 1967 la concreción del proyecto sufre dificultades y demoras; la situación económica del país, con la consecuente escasez de inversores, la falta de comprensión y aceptación del proyecto por parte de los usuarios, la venta de los terrenos sin una estructura básica integradora, son algunos de los motivos. A estas circunstancias se suma en 1966 (derrocamiento de Arturo Illia) un cambio político en la Municipalidad y la ruptura y desintegración de la OPRBA.

Las nuevas autoridades municipales encomiendan a la Dirección de Arquitectura y Urbanismo una simplificación del proyecto a fin de hacer más tentadora la oferta. Por Ordenanza Municipal 22.973/67 se aplican las Normas Urbanísticas de Catalinas Norte que, con una subdivisión del terreno basada en el proyecto anterior, establece la venta a entes privados de cuatro fracciones. Los predios asignados son nueve: Impresit, Sideco, Aerolíneas Argentinas, UIA, Conurban S.A., Kocourek S.A., IBM, Segba (2 lotes) y Sheraton. Los terrenos de propiedad municipal son cuatro (tres de ellos se utilizan como estacionamiento), y el resto del terreno se destina a parque y vía pública.

Se llama a concurso a profesionales prestigiosos. Catalinas Norte se irá transformando en un conjunto de grandes edificios disociados, con un uso excluyente de oficinas, de indudable valor en sí mismos, pero sin la lógica de un complejo arquitectónico integrado.

Edificios que componen Catalinas Norte:

Hotel Sheraton,  San Martín 1225
Estudio SEPRA, 1969

Torre Conurban.  Av. Eduardo Madero 1020.
Arqs. E. Katzenstein, E, Kocourek, C. LLorens.  1969

Torre UIA.  Av. Leandro N. Alem 1067
Estudio Manteola, Sanchez Gómez, Santos, Solsona, Petchersky, Viñoly, arqs.  1970 

Torre Catalinas Norte.  Carlos María Della Paolera 299
Estudio SEPRA, Luis y Héctor Lanari, y José Sívori arqs. 1972

Torre Madero.  Av. Eduardo Madero 942
Kocourek S.R.L., Proconsult S.A., Luis y Héctor Lanari, 1976

Torre IBM.  Carlos María Della Paolera 275
Mario Roberto Álvarez y Asoc.  1979

Torre Catalinas Plaza.  Av. Eduardo Madero 900
Estudio SEPRA.  1995

Torre Alem Plaza.  Av. Leandro N. Alem 855
Estudio SEPRA.  1996

Torre Bank Boston.  Carlos María Della Paolera 265
Arq. César Pelli.  1998

Edificio Laminar Plaza.  Ing. Butty 240
Estudio SEPRA.  1999

“Si debiera hacer un balance sintético de lo que Catalinas Norte representa en la historia de la ciudad, elegiría calificarla como de experiencia urbana frustrada. Un intento fallido para introducir una diferente manera de vivir, ver y hacer la ciudad en la búsqueda de una nueva sintaxis para el ya viejo texto de la ciudad contemporánea”.  

Arq. Odilia E. Suárez

“…a partir de un criterio urbanístico para toda la zona, se pasó a otro, yo diría casi especulativo, de dividir en lotes y vender, considero que en detrimento del proyecto.  Hoy, tal como está, el conjunto es algo casi espectral, porque no existe ningún servicio de la ciudad, fuera de los de infraestructura, o sea que nadie cruza para ver nada, salo para ir a trabajar.Y este punto me parece bastante ilustrativo; mostrar que esos edificios tan unívocos, tan dedicados a un único destino, realmente producen un todo muy esquemático como planteo. Todos estamos resolviendo lo mismo a un nivel tan primario; que pienso que lo que le hace falta al lugar son funciones que lo complementen, que lo enriquezcan”.  

Arq. Katzenstein

Bibliografía

  • Summa. 96/1975.
  • Summa. 97/1976.
  • Summa. 171-2/1982.

 

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