Estatua de Manuel Dorrego
1905 - 1926
Escultura
AUTORES
- Esc. Rogelio Yrurtia
MEMORIA
Tras languidecer el proyecto (luego de aprobarse en 1885 la erección de los monumentos a Bernardino Rivadavia y Mariano Moreno), en 1900 se formó una comisión, integrada entre otros por Luis Güemes, Roque Sáenz Peña, Adolfo P. Carranza y Alejandro Sorondo, para reinstalar la necesidad de un monumento a Manuel Dorrego (1787-1828). En 1905 fue aprobada la ley y después de un concurso se le adjudicó la obra a Rogelio Yrurtia. Toda una serie de vicisitudes (la inflación, la Primer Guerra Mundial y la falta de materiales) fueron demorando la obra que, sufriendo varias mutaciones respecto a la maqueta original, recién pudo inaugurarse en 1926.
La composición tiene por eje un pedestal de granito gris, en su núcleo central se encuentra emplazada una Victoria alada, que guía la figura ecuestre de Manuel Dorrego. A los costados las figuras alegóricas de la Historia y la Fatalidad.
La efigie del Coronel Dorrego luce un uniforme militar ceñido al cuerpo compuesto por una casaca de cuello alto de doble hilera de botones con charreteras y vivos en las mangas, pantalón, fajín ajustado a la cintura, sable pendiendo a su izquierda, botas altas adornada con espuelas apoyadas sin esfuerzo en los estribos, sombrero bicornio en la mano derecha y las riendas del animal entre los dedos de la izquierda.
El caballo es de gran alzada, pecho y grupas fuertes, miembros finos y resistentes, cabeza y cuerpo proporcionados y cuello de cisne algo ladeado a la izquierda para evitar el choque con la figura de la Victoria que le antecede de manera inmediata. El animal, ataviado con cabezada, freno, petral de pechera y apero criollo, levanta su pata delantera izquierda a modo de ejecutar un paso castellano mientras sus dos patas traseras y la delantera derecha están en el suelo.
La Victoria simboliza el triunfo de Manuel Dorrego al trascender su propia muerte en las páginas de la historia argentina. La alegoría de la Historia, o Clío, refiere a una de las nueve musas griegas que tenían a su cargo las fuentes de la inspiración. Yrurtia, al igual que los relieves de la Antigüedad clásica, la visualizó en túnica y sin exceso de adornos pero, en esta oportunidad, en respetuosa actitud, con las manos cruzadas delante del cuerpo y oprimiendo en la izquierda los documentos que atestiguan la biografía de Dorrego. Por último, un joven varón desnudo atrapado por una serpiente, anteriormente representada por un ente mixto, fue designado Fatalidad en recuerdo del nefasto desenlace del fusilamiento de Dorrego en Navarro. Este reptil se instituyó como símbolo de las fuerzas del mal en el arte cristiano desde su aparición a Eva en el Paraíso terrenal.
El Monumento al Coronel Manuel Dorrego es una construcción concebida a partir del repertorio de imágenes del que Rogelio Yrurtia se nutrió durante sus lecturas y visitas a colecciones argentinas y europeas sin que ello presumiese la simple copia. Este escultor perteneció a ese primer grupo de artistas definidos como “primeros modernos” que, a principios del siglo XX, renovaron el arte asumiéndolo como una profesión de dedicación exclusiva. En consecuencia, estuvo inserto en un ideario visual y simbólico, propio de la época, del que se aprovechó concorde a las necesidades de cada una de sus comisiones monumentales.
Bibliografía
- Loiácono, Erika. Fatalidad y victoria. El “Monumento al coronel Manuel Dorrego” de Rogelio Yrurtia. Revista Avances, n. 18, 2010/2011, p. 171-187. Universidad Nacional de Córdoba, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades.