Edificio Echeverría 1825 y Zavalía
1959
Residencial
MEMORIA
Sitio: En el Barrio de Belgrano, en un lote de forma pentagonal en la esquina de una manzana irregular, que termina en ángulo agudo frente a la plaza de Barrancas.
El edificio: Planta Baja con un espacio para reuniones, vivienda para encargado, y un departamento, pisos 1º a 15º con 2 semipisos de categoría por planta, terraza para los departamentos del último piso y un mirador, y 3 subsuelos con cocheras individuales.
Concepto espacial: Precursor de los edificios en torre, ya que al momento de proyectarse aún no existía la reglamentación que los autorizase, este edificio obtuvo el permiso para construirse de mayor altura a cambio de liberar superficie en la esquina y el perímetro, de modo que la ventilación e iluminación de los locales se resuelve sin patios internos. Con una original implantación, en vez de tomar la forma de cuña del terreno, el edificio libera la esquina abriéndose en forma de ángulo obtuso, como brazos abiertos hacia la barranca, enriqueciendo el espacio urbano, y logrando mayor superficie de buena orientación, iluminación natural, asoleamiento y vistas hacia la plaza para las 31 unidades.
Las áreas de estar se ubican en la parte central de la planta tomando las vistas más privilegiadas; en ellos la estructura independizada del cerramiento, columnas de sección circular, integra plásticamente el espacio. Los dormitorios dan a un balcón corrido y se ubican hacia los extremos de la fachada, y el sector de servicio está sobre la parte posterior.
Fachada: Se accede al edificio a través de un hall vidriado de gran transparencia, cuyo cerramiento sobre la calle Echeverría se encuentra retrasado y girado con respecto a la línea municipal, protegido por un voladizo en forma de curva libre que toma el balcón del primer piso; desde la calle Zavalía un sendero curvo atraviesa el jardín ubicado en la esquina para llegar al lateral de dicho hall. El resto de la planta baja es principalmente vidriada, con placas de mármol blanco en las partes ciegas, y un mural abstracto realizado en tejuelas cerámicas sobre la fachada de la sala de reuniones.
El tratamiento de la fachada acentúa la horizontalidad, contrarrestando así la altura del edificio, y logra una imagen de liviandad. Las losas de los balcones que llegan hasta las medianeras, revestidas de color blanco, se continúan con menor profundidad a lo largo de todo el frente, y se suceden en altura hasta llegar al marco de hormigón que se recorta contra el cielo; sobre dichas losas apoyan barandas de hierro vertical que corren en forma continua, aún delante de los paños ciegos, reforzando las directrices de la forma abierta del edificio. El cerramiento está compuesto por muros revestidos con mosaico veneciano vítreo de color blanco, con una faja inferior de color gris que corta el efecto de verticalidad, y carpinterías de piso a techo de gran transparencia que desmaterializan la esquina al tomar el ángulo, protegidas por cortinas de chapa de aluminio apilable orientable.
Bibliografía
- Nuestra Arquitectura, Febrero 1963
- ARQUIS: documentos de arquitectura y urbanismo. Patrimonio Moderno 1940-50-60. Dirigido por Gustavo Robinson y Martín Torrado. Material cedido al CPAU por la Universidad de Palermo.