MODERNA BUENOS AIRES

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El edificio que actualmente alberga la sede de la Comisión Nacional de Valores fue concebido como anexo de la casa central del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE).  En 1970, se realizó un concurso de antecedentes y, casi una década más tarde, un sorteo donde finalmente se adjudicó la obra al estudio de Clorindo Testa y Héctor Lacarra. Los arquitectos, asociados a Juan Genoud, proyectaron la ampliación adyacente a la sede central en la City porteña en un lote de 361 m2, en el barrio de San Nicolás. 

En 1982, tras derribar un edificio existente, comenzó la obra a cargo de la empresa constructora Benito Roggio e Hijos. El nuevo edificio de oficinas de 5636 m2  se inauguró en 1987.  La ampliación se integró a un conjunto de edificios del BANADE: la casa matriz, construida en 1901, coronada por una cúpula; una construcción adyacente, construida en 1928 por Ernesto Sackmann y premiada por su fachada, y el edificio Romaguera de menor altura. 

El proyecto toma como referencia el edificio de Sackmann y reelabora algunos elementos de la fachada contigua. Cornisas, molduras y retiros se continúan en las líneas del frente de hormigón visto con unos parasoles corbuserianos, de base azul y superficie revestida en mármol de Carrara, que enfatizan la horizontalidad de las carpinterías. Se acentúa la transición entre los edificios con un basamento de granito gris martelinado y una pilastra trunca con reminiscencias Art Decó. En la planta baja, la carpintería se pliega hacia el interior, generando un retiro que posibilita la prolongación de la recova existente en la casa central. El coronamiento responde a las lógicas de retiros características de la ciudad pero tiene la particularidad y virtud de reemplazar las tradicionales medianeras por una segunda fachada que se eleva sobre el edificio Romaguera, abriéndose a una terraza verde generada en la cubierta de este edificio. 

El edificio tiene 19 niveles: un subsuelo técnico con salas de máquinas y archivo; tres subsuelos de estacionamiento; un área pública que abarca planta baja, un entre piso y un primer subsuelo; diez plantas de oficinas y, un retiro de dos niveles con instalaciones técnicas. Los servicios y las circulaciones verticales se ubican al fondo y contra la medianeras para liberar el espacio al frente y al lateral que se abre sobre la cubierta del edificio Romaguera a partir del octavo piso. En el interior, las oficinas resumen las aspectos funcionales, tecnológicos y estéticos en una unidad. Las instalaciones técnicas se incorporan también como elementos estéticos al tomar color y visibilidad. 

La Comisión Nacional de Valores es un edificio de estilo brutalista, y pertenece a la etapa de trabajo en la que el arquitecto y sus socios explotan al máximo las posibilidades que brinda el hormigón armado, tratándolo de forma plástica y escultórica. Comparte con el Banco de Londres un sentido de continuidad cultural: imita y subvierte, armoniza y contrasta, respeta y discute la tradición arquitectónica. Se reinterpretan los elementos del entorno en un lenguaje que habla de un respeto por la memoria urbana de la ciudad dónde se sitúa.